La forma en la que la enfermedad afecta el cuerpo y el estilo de vida es única y cada quien tiene su propia estrategia para sobrellevar la situación. La mayoría de los enfermos encuentran maneras de continuar con su trabajo, pasatiempos y relaciones sociales.
A medida que busque una estrategia para enfrentar la situación que sea compatible con su personalidad y estilo de vida, es recomendable que tome en cuenta las siguientes sugerencias:
No olvide que cáncer no es sinónimo de muerte. Sin duda alguna saberse con una enfermedad como ésta puede remitir a cualquiera a pensar en la muerte; si bien es cierto que es un padecimiento que requiere tratamientos invasivos, también es necesario recordar que la ciencia ha avanzado mucho en su atención y que gracias a esto cada vez existen más sobrevivientes con una excelente calidad de vida.
Acérquese a personas que le apoyen incondicionalmente. En este momento usted necesitará de mucha ayuda. Aléjese de situaciones, personas y lugares que le provoquen algún conflicto.
Construya su base de conocimientos. Aprender lo más que pueda le ayudará a sentirse con más confianza y seguridad, las personas que están informadas toman mejores decisiones sobre su tratamiento y sobre su vida personal. Intente buscar información en fuentes confiables, por ejemplo en el servicio teléfonico de INFOCÁNCER, en donde una experta le resolverá sus dudas si llama al 01 800 22 62 371.
Exprese sus sentimientos. Sin duda alguna, el diagnóstico de una enfermedad produce una gran confusión; expresar lo que siente puede ayudarle a mantener una mejor actitud en relación con el tratamiento. Algunas personas piensan que manifestar tristeza, miedo o ira es una señal de debilidad, pero en realidad es todo lo contrario: es mucho más difícil expresar que tratar de esconder lo que está viviendo. Negar sus sentimientos también puede hacerle mucho más difícil enfrentarlos. Existen muchas formas de manifestar lo que pasa en su interior, encuentre una que sea compatible con su personalidad y estilo de vida; puede hablar con sus amigos o familiares de confianza, llevar un diario personal o incluso hacer pinturas, dibujos, teatro o danza, siempre y cuando su médico se lo permita.
Cuídese a usted mismo. Todos los días, tómese el tiempo para hacer algo que le guste. Prepare su comida favorita, comparta tiempo con un amigo que le levante el ánimo, vea una película, medite, escuche su música preferida o haga cualquier cosa que le sea placentera.
Haga ejercicio. Si se siente con ganas y su médico está de acuerdo, comience un plan moderado de ejercicios como caminar, hacer yoga, nadar, o alguna otra actividad que pueda ayudarle a sentirse mejor con respecto a su cuerpo.
Pida ayuda cuando lo necesite. Puede que usted sea una persona que nunca haya necesitado de apoyo y por eso no le sea fácil solicitar la ayuda de los demás, especialmente cuando siente que no tiene mucho para ofrecer a cambio. No olvide que habrá momentos en los que será difícil tener ánimo o fuerza para seguir, es muy probable que sienta como si no pudiera hacer esto por sí solo. Si se siente cómodo, amplíe su círculo contactando amigos, familiares, apoyo psicológico o grupos de apoyo; seguramente existen personas en su vida que quieren ofrecerle su compañía durante estos momentos y están en espera de que usted les diga qué hacer y cómo ayudarle. Si no hay familiares o amigos a quienes acudir, acérquese a profesionales dispuestos a ayudar; también existen apoyos vía telefónica como el de INFOCÁNCER, si necesita atención psicológica puede llamar al 01 800 22 62 371 o ingresar a nuestro chat donde un psicooncólogo le atenderá de lunes a viernes de 9 de la mañana a 5 de la tarde. Recuerde que la situación por la que está pasando no es fácil y entre más apoyo tenga se sentirá más fuerte.
Intente mantener una actitud positiva. Mantenerse optimista puede, en general, mejorar su experiencia en el transcurso de su enfermedad. Recuerde que el hecho de tener una actitud positiva no significa que usted y sus seres queridos nunca deban sentirse tristes, tensos o inseguros, sino que expresen estos sentimientos a medida que van surgiendo. El hacer esto le ayudará a no sentirse abrumado ni desesperanzado. Algunas veces, las personas que creen que una actitud positiva es la clave para la supervivencia, podrían culparse a sí mismas si reaparece la enfermedad; recuerde que es una enfermedad muy compleja y las actitudes de las personas no la causan ni la curan.
Consulte todas sus dudas con su médico o en fuentes confiables. Algunas veces surgen comentarios y recomendaciones de otros pacientes en las salas de espera con respecto a los tratamientos o a la enfermedad en sí; es de vital importancia que antes de llevar a cabo alguna de estas recomendaciones consulte a su médico. Es frecuente que los pacientes transmitan sus experiencias con la enfermedad y los tratamientos a los de nuevo ingreso y centren su atención en sus temores personales como: posible dolor, pérdida de ingresos, cambios en el empleo, cambios en el cuerpo, malestares físicos y cambios en sus relaciones personales, esto puede provocar en el nuevo paciente diversas reacciones; nunca olvide que cada persona es distinta y vive las experiencias a su propia manera, pregunte a su médico sobre cualquier inquietud surgida en estas charlas, o bien consulte fuentes en donde se presente información científica.
Nunca pierda de vista sus objetivos. Recuerde que en este momento lo más importante es su salud, por lo tanto, elimine de su vida conductas, personas, trabajos, situaciones, objetos, pensamientos y todo lo que no le ayude a cumplir su objetivo principal.
No se culpe por ser el causante de su enfermedad. Nunca olvide que ésta es una enfermedad multifactorial, y que si bien existen algunos aspectos en los que usted pudo haber contribuido, existen muchos otros que no dependen de nadie. Las personas manejan muchos mitos alrededor de la enfermedad y de sus causas, uno de ellos es que el rencor y el enojo la causan; sin embargo, se ha comprobado científicamente que aunque los sentimientos influyen en el estado inmunológico de las personas, no tienen la capacidad de causar ningún tipo de cáncer. Para más información consulte la sección Mitos y creencias erróneas.
Tome las decisiones que le convenzan a usted. Jamás acceda a hacer algo que no le convence sólo porque sus familiares se lo pidan o exijan; tarde o temprano sentirá que no está haciendo lo correcto y esto le generará enojo. Hable con su familia y pídales que respeten sus decisiones.
No permita que su vida gire en torno a esta situación. Si bien es cierto que su vida dará un cambio radical, también debe intentar pensar en otras cosas, hablar de otras cosas y hacer otras cosas; esto le ayudará a alejarse un poco del problema y a pensar con más claridad.
Nunca se exija de más. Recuerde que todo en la vida es un proceso, vaya paso a paso y no se desespere, siga las indicaciones del médico y no intente hacer cosas que le generan dolor o cansancio.
Sea tan comprensivo con usted como lo sería con su ser más querido. Muchas personas se vuelven sus propios jueces y pasan mucho tiempo de su vida recriminándose cosas del pasado o incluso del futuro; piense en el presente y nunca se juzgue, esto le dará una sensación de bienestar con usted mismo.
Concéntrese en la vida, no en la muerte. Sin duda alguna esta enfermedad le hace pensar a usted y a su familia en la muerte, sin embargo trate de pensar en la vida, en lo que tiene, en lo que sí puede hacer, en vivir.