Pone su foco en la interpretación subjetiva de la realidad física y emocional que vive la persona y en la puesta en marcha de mecanismos defensivos funcionales a un Yo capaz de regular las demandas externas y las internas.
Se trata de instrumentar una Terapia de Apoyo y Expresión que facilite el compromiso con el paciente para trabajar por su cuidado y calidad de vida. A través de la escucha, la persona va expresando sus quejas, sufrimientos, frustraciones, miedos, que tienen que ver con lo más peculiar de él y con sus vivencias.
No hay que callar la queja del paciente sino trabajar a partir de ella, y ofrecer un espacio para su expresión y elaboración. La queja del enfermo encubre una parte de su historia que lo posiciona de determinada manera frente al cáncer.
Se facilita la apertura a un espacio discursivo diferente, a través de la palabra y la contención emocional, la historización de la enfermedad en la vida del paciente, la exploración de sus fantasías, deseos, sueños, etc. con el fin de fomentar un posicionamiento activo frente a lo real de la enfermedad.
Los objetivos en el tratamiento con pacientes oncológicos podemos resumirlos en:
Respecto al encuadre, se trabaja con un formato “cara a cara”, la frecuencia de las sesiones es flexible, según la situación del paciente. La duración dependerá de la necesidad y disponibilidad del paciente. Se trabaja como terapia breve con objetivos limitados y con posibilidad de profundización. Se apoya en el establecimiento de la alianza terapéutica, trabajando fundamentalmente con material consciente y preconsciente atendiendo especialmente los sentimientos de transferencia y contratransferencia.
Fuentes: Revista Clínica Contemporánea, del Colegio Oficial de los Psicólogos de Madrid, Gaceta Mexicana de Oncología
Creado: 2019-02-05 09:22:34
Última vez actualizado:
2019-07-02 13:25:23