Tratamiento: Radioterapia - Cáncer de Esófago


En este tipo de tratamiento, se usa radiación de alta energía para destruir las células cancerosas. A menudo se combina con otras alternativas como quimioterapia (quimio), cirugía o ambas, para tratar el cáncer de esófago. La radiación se puede emplear en los siguientes casos:

  • Como parte del tratamiento primario (principal) en algunos pacientes, típicamente con quimioterapia. Se usa con frecuencia en personas que no pueden someterse a una operación debido a que no gozan de buena salud.
  • Antes de la operación (usualmente junto con quimioterapia) para tratar de reducir el tamaño del tumor y facilitar la extracción de éste (tratamiento neoadyuvante).
  • Después de la operación (usualmente junto con quimioterapia), para tratar de destruir cualquier área de células cancerosas remanente que es tan pequeña que no se pueda ver. A esto se le conoce como terapia adyuvante.
  • Para aliviar los síntomas en un estadio avanzado, como el dolor, el sangrado y los problemas para tragar. Lo que se conoce como terapia paliativa.

Existen dos tipos principales de radioterapia que se presentan a continuación:

Radioterapia de rayos externos: este tratamiento enfoca la radiación en el cáncer desde una fuente externa al cuerpo. Es el tipo de tratamiento que se emplea con más frecuencia cuando el intento es tratar de curar.

Antes de iniciarlo, el equipo de radiación cuidadosamente tomará medidas para determinar los ángulos correctos y las dosis adecuadas para emitir los haces de radiación. El proceso es muy similar a la radiografía, pero la radiación es más intensa. El procedimiento en sí no es doloroso. Cada tratamiento dura sólo unos minutos, aunque el tiempo de preparación (colocarle en el lugar correcto para el tratamiento) usualmente toma más tiempo. Con más frecuencia, estos tratamientos se administran 5 días a la semana durante varias semanas.

Radioterapia interna (braquiterapia): para este tratamiento, el médico coloca material radiactivo muy cerca del área afectada a través de un endoscopio. La radiación se desplaza a una corta distancia de manera que alcanza el tumor y tiene poco efecto sobre los tejidos sanos adyacentes. Luego, la fuente de radiación se remueve después de un corto periodo de tiempo. Se puede administrar de dos maneras:

En la braquiterapia en dosis altas, el médico deja el material radiactivo cerca del tumor por algunos minutos a la vez, lo que pudiera requerir de varios tratamientos.

Por otro lado, en la braquiterapia en dosis bajas, se aplica una dosis más baja de radiación cerca del área afectada por periodos de tiempo más prolongados (1 ó 2 días) a la vez. Esto requiere que el paciente permanezca en el hospital durante el tratamiento, la ventaja es que por lo general se completa en sólo uno o dos tratamientos.

Esta técnica se usa con más frecuencia en etapas avanzadas para reducir el tamaño de los tumores a fin de que el paciente pueda tragar más fácilmente; no se puede utilizar para tratar un área que sea muy grande, en esos casos se administra como una manera de aliviar síntomas (y no para tratar de curar).

Posibles efectos secundarios de la radioterapia

Al igual que la mayoría de las técnicas que se usan para el tratamiento del cáncer, la radiación produce algunos síntomas no deseados, éstos pueden incluir:

  • Cambios en la piel que van desde algo como una quemadura de sol hasta ampollas y llagas abiertas.
  • Náusea y vómito.
  • Diarrea.
  • Cansancio.
  • Llagas dolorosas en la boca y la garganta.
  • Resequedad de la boca o saliva espesa.

Estos síntomas a menudo empeoran si se administra quimioterapia al mismo tiempo que la radiación.

Durante el tratamiento con la radiación externa o la braquiterapia, la radiación destruye las células normales en el revestimiento del esófago, lo que puede causar dolor al tragar. Esto comienza poco tiempo después de iniciar el tratamiento, pero usualmente se alivia varias semanas después de completarlo.

La mayoría de los efectos producidos por la radiación es temporal, aunque algunos poco comunes y graves pueden ser permanentes. Por ejemplo, en algunos casos puede causar un estrechamiento en el esófago, lo que requiere de tratamiento adicional. La radiación al tórax también puede causar daño pulmonar, lo que en algunos casos ocasiona problemas para respirar y respiración entrecortada.

Consulte con su médico antes y durante el tratamiento para saber qué efectos podría esperar y de qué manera los puede aliviar.


Fuente: Sociedad Americana Contra el Cáncer

http://www.cancer.org/espanol/cancer/cancerdeesofago/guiadetallada/cancer-de-esofago-treating-radiation


Creado: 2019-02-05 09:22:34
Última vez actualizado: 2023-08-22 11:20:43