Quimioterapia
La quimioterapia es el uso de medicamentos contra el cáncer que se inyectan en una vena, debajo de la piel, o en el líquido cefalorraquídeo, o que se toman por vía oral para destruir o controlar las células del cáncer. Excepto cuando se administran en el líquido cefalorraquídeo, estos medicamentos entran en el torrente sanguíneo y llegan a todas las áreas del cuerpo, lo que hace que este tratamiento sea útil para cánceres como la leucemia, que se propaga por todo el cuerpo.
Los doctores administran la quimioterapia en ciclos, con cada período de tratamiento seguido de un período de descanso para permitir que su cuerpo se recupere. A menudo, la quimioterapia no se recomienda en pacientes que están en mal estado de salud, aunque la edad avanzada en sí no es una barrera para recibir quimioterapia.
Por lo general, el tratamiento de la leucemia mieloide aguda se divide en dos fases:
Para algunos tipos de leucemia mieloide aguda, existe una tercera fase: mantenimiento.
La inducción es la primera fase del tratamiento. El objetivo de la inducción es eliminar las células leucémicas (blastos) de la sangre y reducir el número de blastos en la médula ósea al nivel normal.
Por otro lado, la consolidación consiste en administrar quimioterapiadespués de que el paciente se recuperó de la inducción. La consolidación tiene el fin de destruir el pequeño número de células leucémicas que aún permanecen, pero que no se pueden ver (ya que existen muy pocas de ellas).
El mantenimiento conlleva administrar un medicamento de quimioterapiaa bajas dosis durante meses o años después de finalizar la consolidación. A menudo, esto se usa para la leucemia mieloide aguda M3, pero en pocas ocasiones para otros tipos de leucemia mieloide aguda.
Los medicamentos de quimioterapia que se usan con más frecuencia para tratar la leucemia mieloide aguda son la citarabina (citosina arabinosida o ara-C) y los medicamentos de la clase de antraciclina (tal como la daunorrubicina/daunomicina, la idarrubicina y la mitoxantrona).
Otros medicamentos de quimioterapia que se pudieran usar para tratar la leucemia mieloide aguda incluyen:
Posibles efectos secundarios
Los medicamentos de la quimioterapia funcionan ya que atacan a las células que se dividen rápidamente, es por eso que funcionan contra las células cancerosas. Sin embargo, otras células en el cuerpo, tales como aquellas en la médula ósea, el revestimiento de la boca y los intestinos, así como los folículos pilosos, también se dividen rápidamente. Estas células también son susceptibles a ser afectadas por la quimioterapia, lo que puede ocasionar efectos secundarios.
Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen del tipo y de la dosis de los medicamentos suministrados y del tiempo que se tomen. Estos efectos secundarios pudieran incluir:
Los medicamentos de quimioterapia afectan la médula ósea, lo que a menudo causa bajos recuentos sanguíneos en pacientes con LeucemiaMieloide Aguda. Esto puede ocasionar:
La mayoría de los efectos secundarios son temporales y desaparecen después de finalizar el tratamiento. Los bajos recuentos sanguíneos pueden durar semanas, pero luego deben regresar a lo normal. Muchas veces hay métodos para aminorar los efectos secundarios. Por ejemplo, existen medicamentos que se pueden administrar para ayudar a prevenir o reducir las náuseas y los vómitos. Asegúrese de preguntarle a su médico o enfermera sobre los medicamentos que ayudan a reducir los efectos secundarios. También avíseles cuando usted experimente los efectos secundarios para que puedan ser tratados eficazmente.
Algunas veces se administran medicamentos conocidos como factores de crecimiento, tal como G-CSF (filgrastim, Neupogen®), y GM-CSF (sargramostim, Leukine) a fin de aumentar la cuenta de glóbulos blancosdespués de la quimioterapia y así reducir las probabilidades de infección. Sin embargo, no está claro si éstos tienen un efecto en el éxito del tratamiento.
Si su cuenta de glóbulos blancos es muy baja durante el tratamiento, usted puede ayudar a reducir su riesgo de infecciones evitando cuidadosamente la exposición a gérmenes. Durante este tiempo, su médico puede recomendarle que:
Si se observan signos de una infección, o al primer signo de que se está desarrollando una infección, se pueden administrar antibióticos. También se pueden administrar medicamentos que ayudan a prevenir infecciones virales y fúngicas.
Muchos de los efectos secundarios de la quimioterapia son causados por las cuentas bajas de glóbulos blancos. Las decisiones sobre cuándo un paciente puede salir del hospital a menudo son influenciadas por sus recuentos sanguíneos. Algunas personas encuentran de utilidad hacer el seguimiento de estas cuentas. Si le interesa esto, pregunte a su médico o enfermera cuál es su cuenta de células sanguíneas y qué significan estos números.
Si el número de plaquetas es bajo, se le pueden administrar medicamentos o transfusiones de plaquetas para ayudar a evitar el sangrado. De igual forma, la dificultad para respirar y el cansancio extremo causados por los bajos niveles de glóbulos rojos pueden ser tratados con medicamentos o con transfusiones de glóbulos rojos.
Algunos efectos secundarios posibles se deben a ciertos medicamentos. Por ejemplo, la citarabina puede causar ciertos problemas, especialmente cuando se usa en altas dosis. Estos problemas pueden incluir resequedad en los ojos y efectos en ciertas partes del cerebro, lo que puede provocar problemas de coordinación y equilibrio. Si estos efectos secundarios aparecen, es posible que sea necesario reducir o suspender la dosis del medicamento. Las antraciclinas pueden causar daño al corazón. Por lo tanto, es posible que no se puedan usar en una persona que ya tienen problemas cardiacos.
Otros órganos que pudieran resultar directamente dañados por ciertos medicamentos de quimioterapia incluyen los riñones, el hígado, los testículos, los ovarios, el corazón y los pulmones. Los médicos y las enfermeras supervisan minuciosamente el tratamiento para reducir el riesgo de estos efectos secundarios tanto como sea posible.
Si ocurren efectos secundarios graves, es posible que sea necesario reducir o suspender la quimioterapia, al menos durante un periodo breve. La supervisión y ajuste cuidadosos de las dosis de medicamentos es importante porque algunos efectos secundarios que afectan a los órganos pueden ser permanentes.
El síndrome de lisis tumorales otro efecto secundario posible de la quimioterapia. Este síndrome se puede observar en pacientes que tienen un gran número de células leucémicas en el cuerpo antes del tratamiento, y esto afecta principalmente a los pacientes durante la fase de inducción del tratamiento. Cuando la quimioterapia destruye estas células, éstas se abren y liberan sus contenidos al torrente sanguíneo. Esto puede afectar a los riñones, los cuales no pueden eliminar todas estas sustancias al mismo tiempo. Las cantidades excesivas de ciertos minerales también pueden afectar el corazón y el sistema nervioso. Esta afección se puede evitar administrando líquidos adicionales durante el tratamiento y ciertos medicamentos, tales como bicarbonato, alopurinol y rasburicasa, que ayudan al cuerpo a eliminar estas sustancias.
Fuente: Sociedad Americana contra el cáncer
Creado: 2019-02-05 09:22:34
Última vez actualizado:
2019-05-07 10:37:47