La cirugía se usa con más frecuencia para el tratamiento del cáncer que está localizado, o limitado a un área. En la mayoría de los casos, la intención de la cirugía es curar el cáncer. Sin embargo, algunas veces la cirugía para el cáncer localizado puede emplearse para extirpar sólo la mayor parte del tumor, y luego otros tratamientos, como la radiación y la quimioterapia se pueden usar para eliminar el resto.
Si el cáncer se ha propagado a sólo una parte del cuerpo y no es grande, entonces, en algunos casos puede ser posible extirparlo completamente. Por ejemplo, si el cáncer de colon se ha propagado al hígado y sólo hay uno o dos tumores, se puede hacer una cirugía para extirpar todos los tumores.
La cirugía no se usa con frecuencia para tratar un cáncer avanzado. Pero algunas veces la cirugía puede ser útil. Por ejemplo:
Cirugía para aliviar los síntomas y mejorar su vida
La cirugía puede mejorar su calidad de vida e incluso puede ayudarle a vivir más, aunque el cáncer se haya propagado demasiado como para ser curado. Por ejemplo, algunas veces el cáncer puede bloquear el intestino. Esto puede causar mucho dolor y puede ser una emergencia si el intestino está totalmente bloqueado. Un cirujano puede desviar el bloqueo para que el intestino pueda trabajar normalmente otra vez. En otros casos, es posible que sea necesario dejar que el intestino drene fuera del abdomen en una bolsa (colostomía).
Algunas veces se hace una cirugía simple para colocar los tubos de alimentación en su lugar o para colocar tubos pequeños en los vasos sanguíneos a fin de administrar medicamentos para aliviar el dolor.
Cirugía para detener el sangrado
La cirugía puede hacerse si el cáncer está causando mucho sangrado del estómago o del intestino. Para encontrar el área del sangrado, los doctores usualmente observarán el interior del tracto intestinal con un tubo flexible que contiene una cámara en su interior. El tubo puede pasarse a través de la boca o por el recto. Al paciente se le administran medicamentos para que duerma mientras se realiza el procedimiento. El médico puede detener la hemorragia al quemar el vaso que sangra y cerrarlo con una herramienta que pasa a través del tubo. Si no es posible realizar este procedimiento, una opción puede ser realizar una cirugía para cerrar el vaso sanguíneo o remover la parte del intestino que está sangrando.
Cirugía para detener el dolor
Algunas veces un tumor puede estar presionando un nervio o estar demasiado cerca de la médula espinal. Cuando se corta el nervio o se extirpa el tumor se puede aliviar el dolor o prevenir la parálisis.
Cirugía para prevenir la fractura de huesos
El cáncer que se propaga a los huesos puede estar debilitándolos, causando fracturas que tienden a sanar muy deficientemente. Si un hueso parece estar débil en un estudio por imágenes, puede hacerse una cirugía para colocar en él una varilla de metal que lo apoye y así prevenir una fractura. Con más frecuencia, esto se hace en el hueso del muslo. Si el hueso ya está fracturado, la cirugía puede aliviar rápidamente el dolor y ayudar a la persona a estar más activa.
La eficacia de la cirugía depende de su condición de salud física en general. Si usted se encuentra confinado en cama, es poco probable que una cirugía mayor sea útil. El estrés de la cirugía puede empeorar aún más su estado. Por otra parte, la cirugía puede ser una buena idea si usted se siente bastante bien y está activo.
Cirugía para tratar el cáncer que comprime la médula espinal
Si un tumor está comprimiendo la médula espinal, esto puede inducir a la pérdida de control y función muscular debajo del nivel del tumor. Puede que se necesite realizar una cirugía para extraer el tumor y estabilizar los huesos en la columna vertebral de modo que el paciente pueda caminar y continuar su desempeño.