La quimioterapia (quimio) es el uso de medicamentos para tratar el cáncer. La quimioterapia es una terapia sistémica. Esto significa que el medicamento ingresa en el torrente sanguíneo y circula por todo el cuerpo para llegar hasta las células cancerosas y destruirlas.
A menudo, la quimioterapia es parte del tratamiento para el sarcoma de Ewing y el osteosarcoma, aunque no se usa con frecuencia para otros cánceres de hueso, como el cordoma y el condrosarcoma, ya que éstos no son muy sensitivos a la quimioterapia, y por lo tanto ésta a menudo no ofrece buenos resultados. Puede ser útil para algunos tipos especiales de condrosarcoma, como el desdiferenciado y el mesenquimatoso.
A veces se usa la quimioterapia para el cáncer de los huesos que se ha propagado a través del torrente sanguíneo hasta los pulmones u otros órganos. Entre los medicamentos que se utilizan principalmente para tratar el cáncer de hueso, se incluyen:
Por lo general, se administran varios medicamentos (2 ó 3) juntos. Por ejemplo, una combinación muy común es la de cisplatino con doxorrubicina. Otras combinaciones son ifosfamida y etopósido o ifosfamida y doxorrubicina.
Efectos secundarios de la quimioterapia
La quimioterapia destruye las células cancerosas, pero también daña algunas células normales. Se pone mucha atención para evitar o minimizar los efectos secundarios. Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen del tipo de medicamentos, de la cantidad que se administra y de la duración de la administración.
Algunos efectos secundarios comunes temporales pueden incluir:
Es importante que informe a su equipo de atención médica contra el cáncer acerca de los efectos secundarios que presente para que puedan prevenirse o controlarse.
La quimioterapia puede dañar las células productoras de sangre de la médula ósea y los ganglios linfáticos; por este motivo, los pacientes pueden tener recuentos bajos de células sanguíneas. Los recuentos bajos de células sanguíneas pueden provocar:
Algunos efectos secundarios son específicos de medicamentos particulares. Es importante tener en cuenta que muchos de estos efectos secundarios graves son poco frecuentes, pero posibles.
La ifosfamida y la ciclofosfamida pueden provocar la presencia de sangre en la orina por el daño al recubrimiento de la vejiga. Esto se llama cistitis hemorrágica. Este problema puede prevenirse administrando un medicamento denominado mesna junto con la quimioterapia.
El cisplatino puede causar daño en los nervios (lo que se denomina neuropatía), que produce problemas de entumecimiento, hormigueo e incluso dolor en las manos y en los pies. Después del tratamiento con cisplatino, también puede aparecer daño en los riñones (lo que se denomina nefropatía). Administrar mucho líquido antes y después de infundir el medicamento puede ayudar a prevenir este efecto secundario. En ocasiones, el cisplatino puede causar problemas con la audición (lo que se conoce como ototoxicidad). La mayoría de las veces los pacientes que tienen este inconveniente advierten problemas para oír los sonidos agudos.
Con el paso del tiempo, la doxorrubicina puede causar daños al corazón. El riesgo de que esto suceda aumenta a medida que aumenta la cantidad total de medicamento que se administra. Antes de administrar la doxorrubicina, su médico puede pedir una prueba de su función cardíaca, para asegurarse de que sea seguro administrarle este medicamento.
Los médicos y el personal de enfermería prestarán mucha atención para detectar efectos secundarios. Existen tratamientos para la mayoría de los efectos secundarios, pero es más importante prevenir los efectos secundarios significativos. La mayoría de estos efectos secundarios, si no todos, finalmente desaparecerán después de que termine el tratamiento.
Fuente: Sociedad Americana del Cáncer http://www.cancer.org/espanol/cancer/cancerdehuesos/guiadetallada/cancer-de-hueso-treating-chemotherapy1
Creado: 2019-02-05 09:22:34
Última vez actualizado:
2023-09-20 11:56:02