Para algunos cánceres en etapas más tempranas, se puede emplear cirugía para tratar de remover el área afectada y algo del tejido normal circundante. En algunos casos, se puede combinar con otros tratamientos, como quimioterapia, radioterapia, o ambos.
Esofagectomía
Al procedimiento para extirpar algo o la mayor parte del esófago se le llama esofagectomía. A menudo, también se extirpa una pequeña parte del estómago. La parte superior del esófago es luego conectada al área del estómago remanente. Se levanta parte del estómago hacia el pecho o el cuello para que sirva como nuevo esófago, la cantidad de éste que se extirpa depende de la etapa y la localización del tumor.
Si las células malignas se encentran localizadas en la parte inferior del esófago (cerca del estómago) o en el lugar donde éste y el estómago se unen (la unión gastroesofágica o unión GE), el cirujano removerá parte del estómago, el área afectada del esófago y alrededor de 3 a 4 pulgadas de esófago normal. Luego, el estómago se conecta a lo que queda del esófago ya sea en la parte alta del pecho o en el cuello.
Si el tumor está localizado en la porción superior o media, es necesario extirpar la mayor parte del esófago para asegurarse que se obtiene suficiente tejido en el área que está dañada. Entonces, el estómago será regresado y conectado al esófago en el cuello. Si el estómago no puede ser usado para reemplazar el esófago, el cirujano puede usar una sección del intestino. Cuando se usa una sección de intestino, ésta se tiene que mover sin dañar sus vasos sanguíneos, ya que si los vasos son dañados, no llegará suficiente sangre a esa sección del intestino y morirá.
La esofagectomía se puede hacer usando cualquiera de los dos tipos principales de técnicas. La técnica convencional y abierta conlleva una o más incisiones (cortes) grandes en el cuello, el tórax o el abdomen para llevar a cabo el procedimiento. En la cirugía mínimamente invasiva, el cirujano opera a través de varias incisiones más pequeñas usando instrumentos quirúrgicos especiales que son largos y delgados.
Esofagectomía abierta: se pueden emplear diferentes métodos en la operación del cáncer de esófago. En una esofagectomía transtorácica, se extirpa el esófago mediante incisiones en el abdomen y en el pecho, Si las incisiones principales se hacen en el abdomen y el cuello, se le llama esofagectomía transhiatal. En algunos métodos se usan incisiones en el cuello, el pecho y el abdomen. Usted y su cirujano deben hablar con detalles sobre el procedimiento que se planea hacer para que sepa qué esperar. Puede que el cirujano utilice fotografías para describir cómo se hará.
Esofagectomía mínimamente invasiva: para algunos cánceres en etapas iniciales (pequeños), el esófago se puede extirpar a través de varias incisiones pequeñas en lugar de una o dos incisiones grandes. El cirujano coloca un aparato (como si fuera un pequeño telescopio) a través de una de las incisiones para poder ver todo durante la operación. Luego, los instrumentos quirúrgicos son insertados a través de otras incisiones pequeñas. Para poder realizar este tipo de procedimiento, el cirujano necesita tener mucha habilidad y experiencia en la extirpación de esófagos mediante este método. Debido a que se hacen incisiones más pequeñas, una esofagectomía mínimamente invasiva puede permitir que el paciente pase menos tiempo en el hospital y se recupere con mayor prontitud.
Independientemente del método que se utilice, no es una operación simple y puede requerir de una hospitalización prolongada.
Si las células malignas aún no se han propagado fuera del esófago, la extirpación de éste puede curarlo. Desafortunadamente, la mayoría de los cánceres de esófago no se descubren con suficiente anticipación como para que los médicos los curen únicamente con una operación.
Extirpación de los ganglios linfáticos
En cualquier tipo de esofagectomía, también se extirpan los ganglios linfáticos. Luego, se examinan para saber si contienen células cancerosas, de ser así, el pronóstico no es tan favorable, y el médico puede recomendar otros tratamientos (tales como quimioterapia y/o radiación) después de la operación.
Riesgos y efectos secundarios de la cirugía
Al igual que la mayoría de las operaciones mayores, ésta presenta algunos riesgos. Durante o después de la intervención puede ocurrir un ataque cardiaco o un coágulo sanguíneo en los pulmones o en el cerebro. La infección es un riesgo en cualquier intervención quirúrgica.
Además, las complicaciones pulmonares son comunes. Se puede desarrollar una pulmonía que pudiera causar una estadía más prolongada en el hospital, y en algunas veces, pudiera causar incluso la muerte.
Puede haber una fuga en el lugar en el que el estómago se conecta con el esófago, lo que pudiera requerir de otra operación para solucionar este problema. Esta complicación no es tan común como lo era gracias al mejoramiento de las técnicas quirúrgicas.
Después de la operación, es posible que el estómago se vacíe muy lentamente debido a que los nervios que controlan sus contracciones pueden resultar afectados. En pocos casos, puede ocasionar frecuentes náuseas y vómitos.
Se puede formar un estrechamiento en el área de la conexión quirúrgica del estómago y el esófago, lo que causa dificultad para tragar en algunos pacientes. Para aliviar este síntoma, estos estrechamientos se pueden ampliar durante un procedimiento de endoscopia superior.
Después del procedimiento quirúrgico, los contenidos de la bilis y el estómago pueden entrar al esófago debido a que el músculo que normalmente controla esto (el esfínter esofágico inferior) con frecuencia se extirpa o es alterado al realizar el procedimiento quirúrgico. Esto puede causar síntomas, como acidez (agruras), la mayoría de las veces, los medicamentos antiácidos o para la motilidad pueden ayudar a aliviarlos.
Algunas de estas complicaciones pueden ser fatales. El riesgo de morir a causa de esta operación se relaciona con la experiencia que el médico tiene con estos procedimientos. En general, los mejores resultados se alcanzan con cirujanos y en hospitales que tienen la mayor experiencia. Por esta razón, los pacientes no deben dudar en hacer preguntas al especialista sobre su experiencia: con qué frecuencia hacen operaciones del esófago, cuántas veces han hecho este procedimiento y qué porcentaje de sus pacientes ha fallecido después de esta cirugía. También es importante revisar si el hospital cuenta con el mobiliario necesario, y cualquiera que usted considere debe proporcionarla sus estadísticas de supervivencia.
Fuente: Sociedad Americana Contra el Cáncer
Creado: 2019-02-05 09:22:34
Última vez actualizado:
2023-08-22 11:00:25