Es común que haya algún grado de depresión cuando los pacientes y sus familiares se enfrentan a esta enfermedad. Es normal sentir diferentes emociones, pero cuando éstas perduran mucho o interfieren con la vida cotidiana, existe una razón para preocuparse.
La depresión clínica, una enfermedad tratable, se da aproximadamente en una de cada cuatro personas con cáncer; causa una gran tristeza, interfiere con el desempeño y reduce la capacidad para seguir los planes de tratamiento. Las personas que han tenido uno o más episodios de este trastorno tienen más probabilidad de padecerla después del diagnóstico oncológico.
Los síntomas son:
Un estado de tristeza o "vacío" casi diariamente durante la mayor parte del día.
Pérdida del interés o el placer en las actividades que antes le eran agradables.
Problemas con la alimentación (pérdida del apetito o comer en exceso), pérdida o aumento de peso significativo (algunos problemas físicos, también pueden ser efectos secundarios del tratamiento del cáncer, y pueden persistir después de finalizar el tratamiento; hable con su médico sobre las posibles causas de estos síntomas y si la depresión pudiese ser un factor)
Trastornos en el sueño (insomnio, despertarse temprano o dormir demasiado).
Cansancio o poca energía casi todos los días.
Una intranquilidad marcada o reducción de la actividad, casi diariamente.
Sentimientos de culpa y miedo.
Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
Ideas suicidas o relacionadas con la muerte, o intentos de suicidio.
Grandes cambios en el estado de ánimo, desde periodos de gran tristeza y desesperanza a momentos de agitación y gran energía.
Si el paciente manifiesta cinco o más de estos síntomas durante dos semanas o más, o si los mismos interfieren con su funcionamiento normal, se recomienda una evaluación para este trastorno por especialista en salud mental.
Lo que puede hacer:
Exprese los sentimientos y temores que usted o sus familiares pudieran tener. Es comprensible sentirse triste y frustrado.
Escúchense mutuamente con atención. Decidan juntos lo que se puede hacer para apoyarse.
Animarse unos a otros, pero no ejercer presión para hablar.
Busque ayuda a través de la asesoría y grupos de apoyo, acérquese a servicios gratuitos como el APOYO EMOCIONAL de INFOCÁNCER, llame al 01 800 22 62 371 o ingrese a nuestro chat de lunes a viernes de 9 de la mañana a 5 de la tarde, en donde un psicooncólogo le atenderá.
Si usted es religioso, haga uso de la oración y otros tipos de apoyo espiritual.
Intente la respiración profunda y los ejercicios de relajación varias veces al día (busque el ejercicio de relajación por frases autógenas en la sección Cómo enfrentarlo de esta página).
Hable con su doctor sobre posibles tratamientos para este trastorno.
Considere acudir a un consejero profesional para que pueda lidiar con los cambios que se han presentado.
Antes de comenzar a tomar algún medicamento para tratar este padecimiento, asegúrese de que su médico tenga una lista de todos los medicamentos que usted está tomando, tómelos exactamente como le son recetados.
Se espera que los síntomas disminuyan por lo menos de dos a cuatro semanas después de comenzar los antidepresivos. A veces, los medicamentos estimulantes se usan durante este tiempo para aliviar los síntomas.
Informe a su médico si tiene algún efecto secundario después de comenzar a tomar estas medicinas.
Evite consumir alcohol mientras esté tomando un antidepresivo a menos de consultarlo primero con su médico.
No suspenda la dosis del antidepresivo de forma abrupta.
Lo que pueden hacer las personas encargadas del cuidado del paciente:
Invite al paciente a hablar sobre sus miedos e inquietudes. No lo obligue, si él o ella no está lista para hacerlo.
Escuche detenidamente sin juzgar los sentimientos del paciente o sus propios sentimientos. Es comprensible señalar o estar en desacuerdo con pensamientos negativos o autodestructivos.
Decidan juntos lo que se puede hacer para apoyarse mutuamente.
Evite decirle a la persona que "le eche ganas" cuando está deprimida.
No trate de razonar con la persona si el miedo, la ansiedad o la depresión es grave. Hable con el médico sobre los medicamentos u otro tipo de ayuda.
Si es necesario, ayude a concertar una cita para evaluación y tratamiento, y ofrezca llevar al paciente para sus visitas al doctor.
Involucre a la persona en actividades que disfrute.
Si el paciente comienza a tomar antidepresivos, anímele a continuar el tratamiento hasta que los síntomas se alivien (lo que puede tomar de dos a cuatro semanas) o buscar un tratamiento diferente si no siente mejoría.
Asegúrele a la persona deprimida que, con el tiempo y el tratamiento, empezará a sentirse mejor.
Tenga en cuenta que los cuidadores de la salud también pueden deprimirse. Todas estas sugerencias pueden aplicar para los cuidadores de igual forma.
Tome tiempo para cuidarse a sí mismo. Pase tiempo con los amigos o participe de actividades que disfruta.
Considere obtener apoyo para usted a través de grupos o asesoramiento individual.
Llame al médico si el paciente:
Tiene pensamientos suicidas, o no puede dejar de pensar en la muerte.
Tiene un comportamiento que es preocupante para su seguridad.
No puede comer o dormir, y no tiene interés en las actividades cotidianas por varios días.
Tiene dificultad para respirar, tiene sudoración o se siente inquieto.