Es posible que su médico tenga motivos para sugerir un plan de tratamiento distinto de estas opciones generales que se presentan. No dude en hacer preguntas a su médico sobre sus opciones de tratamiento.
Información general sobre tratamientos
Una vez que se haya diagnosticado el linfoma y se hayan hecho las pruebas para determinar su etapa, el equipo de profesionales que atiende el cáncer de su hijo discutirá con usted las opciones de tratamiento. Los factores más importantes en la selección de un tratamiento incluyen el tipo y la etapa del cáncer, aunque otros factores también pueden desempeñar un papel.
La quimioterapia es el tratamiento principal para todos los niños con linfoma no Hodgkin, ya que puede alcanzar todas las partes del cuerpo y destruir las células del linfoma donde quiera que pudieran estar. Incluso si el linfoma parece estar limitado a un solo ganglio linfático inflamado, el linfoma no Hodgkin en un niño a menudo se ha propagado para el momento del diagnóstico. Las células del linfoma probablemente están en otros órganos, pero son demasiado pequeñas para ser palpadas por el médico o vistas en los estudios por imágenes.
Puede que el tratamiento intensivo para el linfoma infantil cause efectos secundarios graves. Antes de que comience el tratamiento, es buena idea preguntarle al equipo de profesionales de pediatría cuáles efectos secundarios podría presentar su hijo. Ellos le pueden hablar de los efectos secundarios comunes, cuánto tiempo podrían durar y qué tan graves podrían ser.
Otros tipos de tratamiento, como la cirugía y la radiación, desempeñan un papel mucho menor en el tratamiento del linfoma infantil.
Cirugía para el linfoma no Hodgkin en niños
La cirugía a menudo tiene un papel limitado en el tratamiento del linfoma no Hodgkin, ya que es poco probable que lo cure y los órganos normales podrían resultar dañados en el proceso. A veces se usa la cirugía como tratamiento inicial para el linfoma de Burkitt en etapa temprana que solo se encuentra en un área (tal como parte del intestino) para tratar de extraer tanto tumor como sea posible antes de administrar quimioterapia. Si el linfoma se puede remover completamente, es posible que los médicos puedan administrar un régimen de quimioterapia menos intensivo.
Los otros usos de la cirugía incluyen:
Posibles riesgos y efectos secundarios de la cirugía
Las posibles complicaciones de la cirugía dependen de la localización y extensión de la operación y la condición de salud que haya tenido con anterioridad el niño. Las complicaciones graves, aunque se presentan en raras ocasiones, pueden incluir problemas con la anestesia, sangrado excesivo, infección de la herida y neumonía. La mayoría de los niños presentarán al menos algo de dolor por un tiempo después de la operación, aunque esto usualmente puede ser aliviado con medicamentos en el caso de ser necesario.
Fuente: Sociedad Americana del Cáncer
Radioterapia para el linfoma no Hodgkin en niños
La terapia de radiación usa rayos de alta energía para eliminar las células cancerosas. En el pasado, la radioterapia era un tratamiento muy común para los niños con linfoma no Hodgkin. Sin embargo, los médicos han desarrollado tratamientos de quimioterapia más eficaces que han hecho que el uso de la radioterapia sea mucho más limitado.
La radiación que utiliza una fuente de energía externa al cuerpo se denomina radioterapia externa. Este es el tipo de radioterapia que más se utiliza como tratamiento del linfoma no Hodgkin. El tratamiento es muy similar a la radiografía, pero la radiación es más intensa. Antes de iniciar el tratamiento, el equipo de radiación cuidadosamente toma medidas para determinar los ángulos correctos para emitir los haces de radiación, y las dosis adecuadas de radiación. Cada tratamiento dura sólo unos minutos, aunque el tiempo de preparación (colocar a su hijo en el lugar correcto para el tratamiento) usualmente toma más. El procedimiento en sí no es doloroso, aunque puede que sea necesario sedar a algunos niños de menor edad para asegurarse de que no se muevan durante el tratamiento. Con más frecuencia, los tratamientos de radiación se administran 5 días a la semana por varias semanas.
Existen pocos casos en los que la radioterapia se puede usar.
Posibles riesgos y efectos secundarios de la radioterapia
Los efectos secundarios a corto plazo de la radioterapia pueden incluir problemas en la piel parecidos a quemaduras de sol o pérdida de pelo en el área tratada. La radioterapia que incluye muchas partes del cuerpo puede causar cansancio. Además, la radiación al abdomen puede causar náusea, vómito o diarrea. Con frecuencia estos efectos desaparecen después de un período corto de tiempo.
Por otro lado, los posibles efectos secundarios a largo plazo de la radioterapia en niños pueden ser más graves, y pueden presentarse después de muchos años.
Debido a estos posibles efectos secundarios a largo plazo, los médicos tratan de evitar el uso de la radioterapia en niños o limitar las dosis usadas siempre que sea posible.
Fuente: Sociedad Americana del Cáncer
Quimioterapia para el linfoma no Hodgkin en niños
La quimioterapia usa medicamentos contra el cáncer que usualmente se administran en una vena o de manera oral (por la boca). Estos medicamentos entran al torrente sanguíneo y llegan a todas las áreas del cuerpo, lo que hace que este tratamiento sea muy útil contra cánceres que tienden a propagarse ampliamente, como los linfomas. En algunos casos donde el linfoma pudiera haber alcanzado el cerebro o la médula espinal, también se puede administrar quimioterapia en el líquido cefalorraquídeo.
El tratamiento para los niños con linfoma no Hodgkin es una combinación de varios medicamentos de quimioterapia que se administran durante un período de tiempo determinado. El número de medicamentos, su dosis y la duración del tratamiento depende del tipo y la etapa del linfoma. Algunos de los medicamentos comúnmente usados para tratar el linfoma en niños incluyen:
Los doctores administran la quimioterapia en ciclos, con un período de tratamiento seguido de un período de descanso para permitir que su cuerpo se recupere. Por lo general, cada ciclo de quimioterapia dura varias semanas. La mayoría de los tratamientos de quimioterapia son ambulatorios (se administran en el consultorio del médico, una clínica o departamento de servicios ambulatorios de un hospital), pero algunos, especialmente al inicio del tratamiento, pueden requerir que el niño sea hospitalizado.
Posibles riesgos y efectos secundarios de la quimioterapia
Los medicamentos de quimioterapia atacan a las células que se están dividiendo rápidamente, razón por la cual funcionan contra las células cancerosas. Sin embargo, otras células en el cuerpo, tales como aquellas en la médula ósea, el revestimiento de la boca y los intestinos, así como los folículos pilosos, también se dividen rápidamente. Estas células también son susceptibles a ser afectadas por la quimioterapia, lo que puede ocasiona efectos secundarios.
Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen del tipo y de la dosis de los medicamentos suministrados y del tiempo que se tomen. Estos efectos secundarios pueden incluir:
Estos efectos secundarios suelen ser a corto plazo y desaparecen después de finalizado el tratamiento. Si ocurren efectos secundarios graves, la quimioterapia puede ser reducida o retrasada. Existen métodos para aminorar los efectos secundarios. Por ejemplo, medicamentos que se pueden administrar para ayudar a prevenir o reducir las náuseas y los vómitos.
Las infecciones pueden ser muy graves en las personas que reciben quimioterapia. Los medicamentos conocidos como factores de crecimiento pueden administrarse para mantener más elevados los niveles de células sanguíneas. Asegúrese de preguntar al médico o enfermera de su hijo sobre los medicamentos que ayudan a reducir los efectos secundarios. También avísele cuando el niño presente efectos secundarios para que puedan ser tratados eficazmente.
El síndrome de lisis tumoral es un posible efecto secundario de la quimioterapia en niños que tienen un gran número de células de linfoma en el cuerpo antes del tratamiento. Con más frecuencia, este síndrome ocurre durante el primer ciclo de quimioterapia. Cuando la quimioterapia destruye estas células, éstas se abren y liberan sus contenidos al torrente sanguíneo. Esto puede afectar a los riñones, los cuales no pueden eliminar todas estas sustancias al mismo tiempo. Las cantidades excesivas de ciertos minerales también pueden afectar el corazón y el sistema nervioso. Este problema se puede evitar asegurándose de que el niño tome muchos líquidos durante el tratamiento y administrando medicamentos como bicarbonato, alopurinol y rasburicasa, que ayudan al cuerpo a eliminar estas sustancias.
Algunos efectos secundarios sólo ocurren con ciertos medicamentos. Por ejemplo, medicamentos como la doxorrubicina pueden causar daños al corazón. El médico de su hijo puede ordenar pruebas de la función cardiaca (como una MUGA o un ecocardiograma) si su hijo recibe uno de estos medicamentos. Asegúrese de preguntar al médico o enfermera de su hijo sobre cualquier efecto secundario específico al que usted debe estar atento y sobre lo que puede hacer para ayudar a reducir estos efectos secundarios.
Fuente: Sociedad Americana del Cáncer
Anticuerpos monoclonales para el linfoma no Hodgkin en niños
Los anticuerpos son proteínas que normalmente el sistema inmunológico del cuerpo produce para ayudar a combatir las infecciones. Las versiones artificiales, llamadas anticuerpos monoclonales, pueden ser diseñadas para atacar a un blanco específico, tal como una sustancia en la superficie de las células del linfoma.
Actualmente se están usando varios anticuerpos monoclonales para tratar el linfoma en los adultos. Algunos de estos anticuerpos monoclonales también se están estudiando para usarse en niños.
El rituximab (Rituxan) es un anticuerpo que se adhiere a una sustancia llamada CD20 encontrada en la superficie de algunos tipos de células de linfoma, lo cual parece causar la muerte de dichas células. El rituximab se ha estado estudiando para usarse junto con la quimioterapia. Los tratamientos se administran como infusiones intravenosas en el consultorio del médico o clínica. Los efectos secundarios frecuentes por lo general son leves, pero pudieran incluir escalofríos, fiebre, náusea, erupciones en la piel, cansancio y dolores de cabeza durante o después de la infusión. Aun cuando ocurran estos síntomas con la primera infusión de rituximab, resulta inusual que recurran con dosis siguientes. El rituximab también puede aumentar el riesgo de una persona de contraer infecciones.
Otros anticuerpos monoclonales, como el ibritumomab (Zevalin) y el tositumomab (Bexxar) son similares al rituximab, pero con moléculas radioactivas adheridas a ellos. Los anticuerpos administran directamente radiación a las células de linfoma, lo que puede ayudarlos a funcionar mejor. Estos medicamentos son un poco más difíciles de administrar por los médicos debido a la dosis de radiación que conllevan. Algunas veces, se usan para tratar a adultos con ciertos linfomas, pero su utilidad en niños se está comenzando a estudiar.
El brentuximab vedotin (Adcetris) es un anticuerpo anti-CD30 que está adherido a un medicamento de quimioterapia. Algunas células de linfoma tienen la molécula CD30 en la superficie. El anticuerpo actúa como una señal buscadora de blancos, llevando el medicamento de quimioterapia a las células del linfoma para penetrar las células y causar que éstas mueran cuando traten de dividirse en nuevas células. El brentuximab se puede usar para tratar el linfoma anaplásico de células grandes que ha regresado después de otros tratamientos. Hasta el momento se había utilizado principalmente en adultos, aunque actualmente su uso también se estudia en niños. Se administra como una infusión en una vena (IV) cada 3 semanas. Los efectos secundarios comunes incluyen daño a los nervios (neuropatía), bajos recuentos sanguíneos, cansancio, fiebre, náusea y vómito, infecciones, diarrea y tos.
Fuente: Sociedad Americana del Cáncer
Altas dosis de quimioterapia y trasplante de células madre para el linfoma No Hodgkin en niños.
El trasplante de células madre permite a los médicos usar dosis de quimioterapia más altas que el cuerpo normalmente toleraría. Los trasplantes de células madre no se usan como tratamiento inicial para el linfoma no Hodgkin en niños, aunque un trasplante podría ser una opción si el tratamiento inicial no surte efecto o si el linfoma regresa después del tratamiento.
Administrar dosis más altas de quimioterapia aumenta la probabilidad de destruir todas las células de linfoma, pero los médicos no pueden hacer esto rutinariamente porque se destruye la médula ósea, lugar donde se producen las nuevas células sanguíneas. Esto podría causar infecciones potencialmente fatales, sangrado, y otros problemas graves debido a las cuentas bajas de células sanguíneas. Un trasplante de células madre permite que los médicos usen dosis más altas de quimioterapia, y algunas veces radioterapia. Después de terminar la quimioterapia, el niño recibe un trasplante de células madre productoras de sangre para restablecer la médula ósea. Estas células madre pueden tomarse del niño antes del tratamiento (trasplante autólogo de células madre) o pueden ser donadas por otra persona (alotrasplante de células madre).
Autotrasplante de células madre (trasplante autólogo)
En un trasplante autólogo de médula ósea o un trasplante de células madre de sangre periférica, las células madre productoras de sangre son extraídas de la médula ósea o de la sangre del niño varias ocasiones durante las semanas previas al tratamiento. Las células madre se congelan y se almacenan cuidadosamente.
Su hijo entonces recibe altas dosis de quimioterapia y, algunas veces, radiación para destruir las células de linfoma, lo que también destruye las células en la médula ósea. Después del tratamiento, las células madre congeladas se descongelan y se regresan al cuerpo del niño en forma de transfusión sanguínea.
Para el linfoma no Hodgkin en niños, este tipo de trasplante se hace con más frecuencia que un trasplante alogénico (a menos que el linfoma ya haya alcanzado la médula ósea).
Alotrasplante de células madre (trasplante alogénico)
En un trasplante alogénico de células madre, las células madre provienen de otra persona. Este tipo de trasplante se puede usar si se detectan células de linfoma en la propia médula ósea del niño para evitar que las células cancerosas regresen al niño después del tratamiento.
El tipo de tejido del donante (también conocido como el tipo HLA) necesita asemejarse al tipo de tejido del paciente tanto como sea posible para ayudar a evitar el riesgo de que surjan problemas importantes con el trasplante. Usualmente este donante es el hermano o la hermana, si tiene el mismo tipo de tejido que el paciente. Si el padre o la madre es compatible con el niño, algunas veces se pueden usar sus células. Si no hay familiares compatibles, las células pueden provenir de un donante no relacionado que tiene un tipo HLA compatible (un extraño que voluntariamente dona sus células), si puede ser encontrado.
Las células madre para un trasplante alogénico de células madre por lo general se obtienen de la médula ósea de un donante o de la sangre periférica (que está circulando) en varias ocasiones. En algunos casos, la fuente de las células madre puede ser sangre obtenida del cordón umbilical adherido a la placenta después del nacimiento de un bebé (esta sangre es rica en células madre). Independientemente de la fuente, las células madre entonces se congelan y se almacenan hasta que se necesiten para el trasplante.
Cómo se trasplantan las células madre
Por lo general, el niño será admitido a la unidad de trasplante de células madre del hospital el día antes de que comience el tratamiento con altas dosis de quimioterapia. Por lo general, el niño permanecerá en el hospital hasta después de administrar la quimioterapia y las células madre, hasta que las células madre hayan comenzado otra vez a producir nuevas células sanguíneas.
El niño recibe altas dosis de quimioterapia y algunas veces tratamiento con radiación. Esto destruye cualquier célula cancerosa remanente, así como las células normales en la médula ósea. Después del tratamiento, las células madre congeladas se descongelan y se administran como una transfusión sanguínea. Las células madre entonces viajan a la médula ósea del niño, donde comenzarán a crecer y a producir nuevas células sanguíneas.
Usualmente en un lapso de varias semanas después de la infusión de las células madre, éstas comienzan a producir nuevos glóbulos blancos. A esto le sigue luego la producción de plaquetas nuevas y la producción de glóbulos rojos nuevos. Mientras tanto, el niño corre un alto riesgo de sufrir infecciones graves debido a la cuenta baja de glóbulos blancos, y de sangrado debido a la cuenta baja de plaquetas. Durante este tiempo, frecuentemente se usan transfusiones de sangre y de plaquetas y tratamiento con antibióticos por vía IV a fin de ayudar a prevenir o tratar infecciones y problemas de sangrado.
Debido al alto riesgo de infecciones graves inmediatamente después del tratamiento, los pacientes se mantienen en el hospital en una habitación especial aislados para su protección (donde la exposición a gérmenes se mantiene en lo mínimo) hasta que parte de sus glóbulos blancos (conocido como nivel absoluto de neutrófilos o ANC) aumente a más de 500. Generalmente los pacientes pueden abandonar el hospital cuando su ANC se aproxima a 1,000.
Luego al niño se le examina casi diariamente por varias semanas en una clínica para pacientes ambulatorios. Como la cuenta de plaquetas a menudo tarda más tiempo para llegar hasta un nivel seguro, el niño puede recibir transfusiones de plaquetas en un entorno ambulatorio. Puede que los pacientes realicen visitas regularmente a la clínica ambulatoria por alrededor de 6 meses, continuando después sus cuidados con su médico regular.
Posibles efectos secundarios
Los posibles efectos secundarios de un trasplante de células madre generalmente se dividen en efectos tempranos y efectos a largo plazo.
Efectos secundarios tempranos o a corto plazo
Las complicaciones y efectos secundarios tempranos son básicamente los mismos que causa la quimioterapia en altas dosis y pueden ser graves. Son causados por daños a la médula ósea y a otros tejidos de reproducción rápida del cuerpo, y pueden incluir:
Fuente: Sociedad Americana del Cáncer
Creado: 2019-02-05 09:22:34
Última vez actualizado:
2019-06-25 09:57:05