Detección y diagnóstico - Cáncer de Pulmón (Células no pequeñas)


Si usted presenta señales o síntomas que sugieren que pudiese tener cáncer de pulmón, su médico requerirá realizar un historial médico para analizar los factores de riesgo y saber más sobre los síntomas. Su médico también le hará un examen para detectar signos de cáncer de pulmón y otros problemas médicos.

Si los resultados del historial y el examen físico sugieren que usted pudiera tener cáncer de pulmón, es probable que se realicen más pruebas. Estas pruebas pudieran incluir estudios por imágenes y/o biopsias del tejido pulmonar.

Estudios por imágenes

Los estudios por imágenes utilizan ondas sonoras, rayos X, campos magnéticos o sustancias radiactivas para obtener imágenes del interior del cuerpo. Los estudios por imágenes se pueden hacer por un número de razones tanto antes como después del diagnóstico de cáncer de pulmón. Estas razones incluyen:

  • Ayudar a encontrar un área sospechosa que pudiera ser cancerosa.
  • Saber cuán lejos se propagó el cáncer.
  • Ayudar a determinar si el tratamiento ha sido eficaz.
  • Detectar posibles signos de cáncer que recurre después del tratamiento.

Radiografía de tórax

Una radiografía de tórax es a menudo la primera prueba que su médico pedirá para buscar la presencia de masas o manchas en los pulmones. Se pueden hacer radiografías simples de tórax en centros de imágenes, hospitales, e incluso en algunos consultorios médicos. Si la radiografía es normal, probablemente no tiene cáncer en los pulmones (aunque es posible que algunos cánceres de pulmón no aparezcan en la radiografía). Si algo se ve sospechoso, su médico puede ordenar otras pruebas.

Tomografía computarizada

La tomografía computarizada es un estudio donde se usan rayos X para producir imágenes transversales detalladas de su cuerpo. En vez de tomar una fotografía, como la radiografía regular, la tomografía computarizada toma muchas fotografías al tiempo que un dispositivo rota a su alrededor mientras usted se encuentra acostado en una camilla. Luego, una computadora combina estas fotografías en imágenes seccionales de la parte del cuerpo que se estudia. A diferencia de los rayos X regulares, las tomografías crean imágenes con detalles de los tejidos blandos y órgano s en el cuerpo.

Después de la tomografía, es posible que le pidan que tome una solución de contraste o que le apliquen una inyección de una solución de contraste a través de una línea intravenosa. Esto ayuda a delinear mejor estructuras en el cuerpo.

El contraste puede causar cierto enrojecimiento o bochorno (sensación de calor, especialmente en la cara). Algunas personas son alérgicas y presentan erupciones. Rara vez ocurren reacciones más graves como dificultad respiratoria o baja presión sanguínea. Asegúrese de decirle al médico si alguna vez ha tenido alergias o una reacción a cualquier material de contraste utilizado para los rayos X.

Las tomografías computarizadas toman más tiempo que las radiografías regulares, y le exponen a una pequeña cantidad de radiación. El estudio en sí no causa dolor, con excepción quizás de la inserción de la línea intravenosa. Necesita acostarse inmóvil sobre una mesa mientras se realiza el examen. Durante la prueba, la mesa se mueve hacia adentro y hacia afuera del escáner (una máquina en forma de aro que rodea la mesa por completo). Es posible que tenga una cierta sensación de confinamiento (sensación de estar atrapado) dentro del anillo en el que permanece mientras se captan las imágenes.

Una tomografía computarizada puede proporcionar información precisa sobre el tamaño, forma y posición de cualquier tumor, y puede ayudar a encontrar ganglios linfáticos agrandados que pudieran contener cáncer que se haya propagado desde el pulmón. Los exámenes de tomografía computarizada son más sensibles (mejores) que las radiografías de tórax para encontrar cánceres de pulmón en sus etapas tempranas.

Este estudio también se puede usar para encontrar masas en las glándulas suprarrenales, el hígado, el encéfalo, y en otros órgano s internos que puedan estar afectados por la propagación del cáncer de pulmón.

Biopsia con aguja guiada por CT: en los casos en que un área sospechosa de cáncer se encuentra profunda dentro del cuerpo, se puede usar una tomografía computarizada para guiar con precisión la aguja de una biopsia hacia el área sospechosa. Para este procedimiento, usted permanece en la camilla de la tomografía, mientras un médico mueve una aguja de biopsia a través de la piel y hacia la masa. La exploración por tomografía continúa hasta que los médicos puedan ver que la aguja se encuentra dentro de la masa. Entonces, una muestra de biopsia se extirpa y examina con el microscopio.

Imágenes por resonancia magnética

Al igual que la tomografía computarizada (CT), las imágenes por resonancia magnética proveen imágenes detalladas de los tejidos blandos del cuerpo. Sin embargo, la resonancia utiliza ondas de radio e imanes potentes en lugar de rayos X. Se absorbe la energía de las ondas radiales y luego se libera en un patrón formado por el tipo de tejido corporal y por ciertas enfermedades. Una computadora traduce el patrón en una imagen muy detallada de las partes del cuerpo. El gadolinio, una sustancia de contraste, a menudo se inyecta en una vena antes de realizar el estudio para mostrar con mejor detalle.

El procedimiento para obtener la resonancia es un poco más incómodo que las pruebas de tomografía. En primer lugar, toman más tiempo, a menudo hasta una hora. Segundo, usted debe permanecer acostada dentro de un tubo estrecho, que podría ser confinante y puede molestar a las personas que sufren de claustrofobia (temor a lugares encerrados). Algunas veces, las máquinas especiales “abiertas” de resonancia pueden ayudar a las personas que enfrentan este temor, si es necesario. Sin embargo, puede que en algunos casos las imágenes no sean tan nítidas. Las máquinas de resonancia producen un zumbido y ruidos de chasquido que puede resultar incómodo. En algunos centros se ofrecen tapones para los oídos con el fin de bloquear este ruido.

Tomografía por emisión de positrones

La tomografía por emisión de positrones (positron emission tomography, PET) conlleva inyectar una forma de azúcar radioactiva (conocida como fluordesoxiglucosa o FDG) en la sangre. La cantidad de radioactividad usada es muy baja. Las células cancerosas crecen aceleradamente en el cuerpo, por lo que absorben grandes cantidades del azúcar radiactivo. Después de aproximadamente una hora, usted será colocado en la camilla de la máquina de la PET. Usted permanecerá acostado por aproximadamente 30 minutos mientras una cámara especial crea una fotografía de las áreas de radioactividad en el cuerpo. La imagen no es muy detallada, como en la tomografía o resonancia, pero provee información útil sobre todo su cuerpo.

Esta prueba puede ser muy importante si parece tener cáncer de pulmón en etapas tempranas. Su médico puede utilizar esta prueba para ayudar a ver si el cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos u a otras áreas, lo que puede ayudar a determinar si la cirugía es una opción para usted. Una PET también puede ser útil para proveer una mejor idea sobre si un área anormal en su radiografía del tórax pudiera ser cáncer.

La tomografía por emisión de positrones también es útil si su médico cree que es posible que el cáncer se haya propagado, pero no sabe dónde. La PET puede revelar propagación del cáncer al hígado, los huesos, las glándulas suprarrenales u algunos otros órgano s. Sin embargo, la PET no es tan útil para examinar el cerebro, ya que todas las células del cerebro usan mucha glucosa.

Gammagrafía ósea

Este estudio puede ayudar a mostrar si el cáncer ha hecho metástasis (propagación) en los huesos. Para la primera prueba, se inyecta una pequeña cantidad de material de baja radiactividad en la vena (vía intravenosa, o IV). La sustancia se asienta en áreas de cambios en los huesos por todo el esqueleto en el transcurso de varias horas. Después hay que permanecer recostado en una camilla por alrededor de 30 minutos mientras una cámara especial detecta la radioactividad y crea una imagen del esqueleto.

Las regiones de cambios activos en los huesos aparecen como "puntos radiactivos" en el esqueleto, esto significa que estas áreas atraen la radiactividad. Estas áreas podrían indicar la presencia de cáncer metastásico, pero la artritis u otras afecciones de los huesos también pueden causar el mismo patrón. Para poder distinguir entre estas afecciones, su equipo de atención del cáncer puede usar otros estudios por imágenes tales como radiografías simples o una MRI para obtener una mejor imagen de las áreas que se iluminan, o incluso se puede hacer una biopsia para obtener muestras de los huesos.

Las gammagrafías óseas se hacen principalmente cuando existe una razón para pensar que el cáncer se pudo haber propagado a los huesos (debido a los síntomas como dolor de hueso, etc.) y los resultados de otras pruebas no son claros. Por lo general, la PET puede mostrar la propagación del cáncer a los huesos, por lo que las gammagrafías óseas usualmente no son necesarias si ya se hizo una PET.

Oras pruebas para diagnosticar el cáncer de pulmón y su propagación

Broncoscopia

Este estudio se puede usar para encontrar un tumor de pulmón o para tomar una muestra de un tumor para saber si es cáncer. Para la broncoscopia, un tubo de fibra óptica, flexible y que tiene una fuente de luz (broncoscopio) se hace llegar a través de su boca o nariz hasta la tráquea y los bronquios. Primero se rosía la boca y la garganta con un medicamento que adormece el área. También es posible que le administren medicamentos por vía intravenosa para que se sienta relajado.

La broncoscopia puede ayudar al médico a encontrar algunos tumores u obstrucciones en las vías respiratorias más grandes de los pulmones. Al mismo tiempo, se pueden pasar pequeños instrumentos por el broncoscopio para tomar biopsias (muestras de tejido). El médico también puede tomar muestras de las células del revestimiento de las vías respiratorias con un pequeño cepillo (cepillo bronquial) o mediante el enjuague de las vías respiratorias con agua salada estéril (lavado bronquial). Estas muestras de tejido y de células luego se observan con un microscopio.

Ecografía endobronquial

La ecografía es un tipo de estudio por imágenes que usa ondas sonoras para crear imágenes del interior de su cuerpo. Para esta prueba, un pequeño instrumento parecido a un micrófono y llamado transductor, emite ondas sonoras y recoge los ecos cuando rebotan en los tejidos del cuerpo. Una computadora convierte los ecos en una imagen en blanco y negro que aparece en una pantalla.

Para la ecografía endobronquial, un broncoscopio se coloca con un transductor de ultrasonido en su punta y se pasa por la garganta. Este procedimiento se hace aplicando un medicamento que adormece el área (anestesia local) y algo de sedación.

El transductor puede ser conducido en distintas direcciones para observar los ganglios linfáticos y otras estructuras en el mediastino (el área entre los pulmones). Si las áreas sospechosas (tal como ganglios linfáticos agrandados) se pueden ver en la ecografía, se pasa una aguja hueca a través del broncoscopio para obtener muestras de biopsia. Las muestras luego se envían a un laboratorio para ser observadas con un microscopio.

Esta prueba se puede emplear si el médico está considerando una cirugía como parte del tratamiento, lo que a menudo no es el caso para el cáncer de pulmón microcítico. Resulta mucho más útil para clasificar por etapas el cáncer de pulmón no microcítico.

Ecografía endoscópica esofágica

La ecografía endoscópica esofágica es similar a la ecografía endobronquial, con la excepción que el médico pasa un endoscopio (telescopio flexible con una fuente de luz) por la garganta hasta el esófago (el conducto que conecta la garganta con el estómago). Este procedimiento se hace aplicando un medicamento que adormece el área (anestesia local) y algo de sedación.

El esófago se encuentra justo detrás de la tráquea y está cerca de algunos ganglios linfáticos que están dentro del tórax, a los cuales el cáncer de pulmón se puede propagar. Las imágenes de ecografía tomadas desde el interior del esófago pueden ayudar a encontrar ganglios linfáticos grandes dentro del tórax que pudiesen contener cáncer de pulmón. Si en la ecografía se observan ganglios linfáticos agrandados, se puede pasar una aguja hueca a través del endoscopio para obtener muestras de biopsia. Las muestras luego se envían a un laboratorio para ser observadas con un microscopio.

Esta prueba se puede emplear si el médico está considerando una cirugía como parte del tratamiento, lo que a menudo no es el caso para el cáncer de pulmón microcítico. Resulta mucho más útil para clasificar por etapas el cáncer de pulmón no microcítico.

Mediastinoscopia y mediastinotomía

Estos procedimientos se pueden hacer para observar más directamente las estructuras en el mediastino (el área entre los pulmones) y tomar muestras de éstas. La mediastinoscopia y la mediastinotomía se realizan en el quirófano (sala de operaciones) mientras usted está bajo anestesia general (dormido profundamente). La diferencia principal entre los dos procedimientos consiste en la localización y el lugar de la incisión. Estas pruebas no se usan con frecuencia para los casos de cáncer de pulmón microcítico, sino que resultan mucho más útiles en la clasificación por etapas del cáncer de pulmón no microcítico.

Mediastinoscopia: se hace una pequeña incisión en la parte frontal del cuello y se introduce un tubo hueco, delgado e iluminado detrás del esternón (hueso torácico) y delante de la tráquea para observar el área. A través de este tubo se pueden pasar instrumentos especiales para tomar muestras de tejido de los ganglios linfáticos a lo largo de la tráquea y de las principales áreas de los tubos bronquiales. La observación de las muestras con un microscopio puede indicar si hay células cancerosas.

Mediastinotomía: el cirujano hace una incisión un poco más grande (por lo general, de aproximadamente 2 pulgadas de largo) entre la segunda y la tercera costilla próximas al esternón. Esto permite que el cirujano tenga acceso a los ganglios linfáticos que no se pueden alcanzar mediante la mediastinoscopia.

Toracentesis

La toracentesis se realiza para aliviar síntomas causados por la acumulación de líquido alrededor de los pulmones (un derrame pleural) y para saber si la acumulación de líquido es causado por la propagación del cáncer al revestimiento de los pulmones (pleura). La acumulación de líquido también pudiese ser causada por otras afecciones, tal como insuficiencia cardiaca o infección.

Para este procedimiento, se adormece la piel y se inserta una aguja hueca entre las costillas para drenar el fluido. (En una prueba similar llamada pericardiocentesis, se extrae líquido del saco que rodea el corazón). El líquido se analiza con el microscopio a fin de detectar la presencia de células cancerosas. Las pruebas químicas del líquido algunas veces también son útiles para distinguir un derrame pleural maligno (canceroso) de uno benigno (no canceroso).

Si se diagnostica un derrame pleural maligno, se debe repetir la toracocentesis para extraer más líquido. La acumulación de fluido puede evitar que los pulmones se llenen de aire, así que la toracocentesis puede ayudar al paciente a respirar mejor.

Toracoscopia

La toracoscopia se puede hacer para determinar si el cáncer se ha propagado al espacio entre los pulmones y la pared torácica, o a los revestimientos de estos espacios. También se puede usar para tomar una muestra de los tumores en las partes más externas de los pulmones, así como de los ganglios linfáticos y el líquido cercanos, y para evaluar si el tumor está creciendo hacia los tejidos u órgano s adyacentes. Este procedimiento no se hace con frecuencia simplemente para diagnosticar cáncer de pulmón, a menos que otras pruebas, como las biopsias con aguja, no puedan obtener suficientes muestras para el diagnóstico. Se puede hacer para saber si el cáncer se ha propagado a la pleura (la membrana que rodea a los pulmones).

La toracoscopia se realizan en el quirófano (sala de operaciones) mientras usted está bajo anestesia general (dormido profundamente). Se hace un pequeño corte (incisión) en el lado de la pared torácica (algunas veces se hace más de un corte). El médico entonces inserta un tubo delgado que tiene una fuente de luz y una pequeña cámara de vídeo en el extremo a través de la incisión para observar el espacio entre los pulmones y la pared torácica. De esta manera, el doctor puede ver los depósitos potenciales de cáncer en el revestimiento del pulmón o de la pared torácica, así como extirpar pequeñas porciones de tejido para ser observados con un microscopio. (Cuando ciertas áreas no se pueden alcanzar con la toracoscopia, el cirujano puede que necesite hacer una incisión más grande en la pared torácica, lo que se conoce como toracotomía).

Además, la toracoscopia se puede usar como parte del tratamiento para extirpar parte de un pulmón en algunos cánceres de etapa inicial. Debido a que la cirugía a menudo no es parte del tratamiento del cáncer de pulmón microcítico, esta prueba no se necesita con frecuencia.

Aspiración y biopsia de la médula ósea

Estas pruebas se hacen para determinar si hay propagación del cáncer en la médula ósea. La médula ósea se encuentra en el interior de ciertos huesos y allí es donde se producen nuevas células sanguíneas. Estas pruebas se pueden hacer en pacientes que se cree tienen cáncer de pulmón microcítico en etapa limitada, pero con análisis de sangre que sugieren que el cáncer pudo haber alcanzado la médula ósea.

Los dos procedimientos usualmente se hacen al mismo tiempo. Las muestras se toman con más frecuencia del hueso de la parte posterior de la pelvis (cadera).

En el procedimiento de aspiración de médula ósea, usted se acuesta en una mesa (ya sea sobre su costado o su barriga). Después de limpiar el área sobre la cadera, la piel y la superficie del hueso se adormece con un anestésico local, que puede causar una breve sensación de escozor o ardor. Luego se inserta una aguja delgada y hueca en el hueso, y se usa una jeringa para aspirar una pequeña cantidad de médula ósea líquida (aproximadamente una cucharada). Hasta con el uso de un anestésico, la mayoría de los pacientes experimentan algo de dolor breve cuando se extrae la médula ósea.

Gen eralmente se realiza una biopsia de médula ósea inmediatamente después de la aspiración. Se extrae un pequeño trozo de hueso y de médula con una aguja ligeramente más grande que se hace girar al empujarse en el hueso. La biopsia probablemente también causará algo de dolor brevemente. Una vez que se hace la biopsia, se aplica presión en el sitio para ayudar a detener el sangrado.

Pruebas de tejido y de células

Los síntomas y los resultados de los estudios por imágenes pueden sugerir de forma contundente la presencia de cáncer de pulmón, pero el diagnóstico real de cáncer de pulmón se hace al observar las células del pulmón con un microscopio.

Las células se pueden obtener de las secreciones (flema) o se pueden remover células del área sospechosa (lo que se conoce como biopsia). Se puede utilizar una o más de las pruebas que se explican más adelante para determinar si una masa en el pulmón que aparece en los estudios por imágenes es, en realidad, un cáncer de pulmón. Estas pruebas también se pueden usar para determinar el tipo exacto de cáncer de pulmón que pudiera tener y para ayudar a determinar la extensión de su propagación.

Un patólogo, doctor que mediante pruebas de laboratorio diagnostica enfermedades como el cáncer, examinará las células usando un microscopio. Los resultados se describirán en un informe patológico, el cual está usualmente disponible dentro de una semana. Si usted tiene cualquier pregunta sobre los resultados de patología o sobre cualquier prueba de diagnóstico, hable con su doctor. De ser necesario, usted puede obtener una segunda opinión de su informe patológico al solicitar que las muestras de tejido sean enviadas a un patólogo en otro laboratorio recomendado por su doctor.

Citología del esputo

Para la citología del esputo, se observa una muestra de esputo (mucosidad que al toser sale de los pulmones) con un microscopio para determinar si existen células cancerosas. La mejor manera para hacer la citología del esputo es obteniendo las muestras temprano en la mañana durante tres días consecutivos.

Biopsia por aspiración con aguja fina

A menudo se puede hacer una biopsia con aguja para obtener una muestra pequeña de células de un área que luce sospechosa. Para esta prueba, la piel en la pared torácica donde se inserta la aguja puede ser adormecida con anestesia local. El médico entonces dirige una aguja hueca y delgada hacia el área mientras observa sus pulmones mediante fluoroscopia (que es como una radiografía, pero la imagen se ve en una pantalla, no en una película) o tomografías computarizadas. A diferencia de la fluoroscopia, la CT no proporciona una imagen continua, de manera que la aguja se introduce en dirección a la masa, se toma una CT, y la aguja se guía tomando como referencia la imagen. Esto se repite varias veces hasta que la aguja esté dentro de la masa.

Se succiona una pequeña muestra de la masa mediante una jeringa y se envía a un laboratorio donde se observa con un microscopio para detectar la presencia de células cancerosas. (En algunos casos, si el diagnóstico no está claro según la biopsia por aspiración con aguja fina, se puede usar una aguja más grande para extraer un fragmento un poco más grande de tejido pulmonar. Esto se conoce como biopsia por punción con aguja gruesa).

Puede que sea útil una biopsia con aguja para obtener muestras de tumores en las partes más externas de los pulmones, donde otras pruebas, como la broncoscopia puede que no sea útil.

Una posible complicación de este procedimiento consiste en la posibilidad de que se escape aire del pulmón en el lugar de la biopsia y hacia el espacio entre el pulmón y la pared torácica. Esto puede causar que parte del pulmón colapse y que tenga dificultades para respirar. A menudo, esta complicación, llamada neumotórax, se alivia sin la necesidad de ningún tratamiento. De no ser así, el tratamiento para esto consiste en colocar un tubo pequeño en el espacio del tórax y succionar el aire durante uno o dos días, después de esto usualmente sana por sí sola.

También se puede hacer una biopsia por aspiración con aguja fina para tomar muestras de los ganglios linfáticos localizados alrededor de la tráquea y los bronquios (las vías respiratorias más grandes que conducen a los pulmones). Esto se puede hacer durante una broncoscopia (descrita en la sección anterior). Se inserta una aguja fina y hueca por el extremo del broncoscopio y a través de la pared de la tráquea o bronquio para tomar una muestra de los ganglios linfáticos cercanos. Este procedimiento se llama aspiración transtraqueal o transbronquial con aguja fina, y es más preciso cuando se usa una ecografía endobronquial, como se describió en la sección anterior.

Pruebas de laboratorio de la biopsia y otras muestras

Las muestras que se han obtenido durante las biopsias u otras pruebas se envían al laboratorio de patología. Allí, un médico examina las muestras con un microscopio para ver si contienen cáncer y, de ser así, qué tipo de cáncer. Es posible que se necesiten pruebas especiales para ayudar a clasificar mejor el cáncer. Los cánceres de otros órgano s se pueden propagar a los pulmones. Es muy importante determinar dónde comenzó el cáncer, ya que el tratamiento es distinto dependiendo del tipo de cáncer.

Inmunohistoquímica

Para esta prueba, unas capas muy delgadas de la muestra se colocan sobre una laminilla. Entonces, las muestras son tratadas con proteínas especiales (anticuerpos) diseñadas sólo para atacar una sustancia específica que se encuentra en ciertas células cancerosas. Si el cáncer del paciente contiene esa sustancia, el anticuerpo se adherirá a las células. Posteriormente se agregan a las células otros químicos que hacen que el anticuerpo cambie de color. Con este cambio de color, el médico puede identificar las células bajo observación microscópica.

Análisis de sangre

Los análisis de sangre no se usan para diagnosticar el cáncer de pulmón, aunque a menudo se hacen para obtener una percepción de la salud general de la persona y para ayudar a determinar si el cáncer se ha propagado a otras áreas.

Antes de la cirugía, los análisis de sangre pueden ayudar a indicar si una persona es lo suficientemente saludable como para someterse a una operación.

Un recuento completo de células sanguíneas, determina si su sangre tiene los números normales de varios tipos de células. Por ejemplo, pueden indicar si usted tiene anemia (bajo número de glóbulos rojos), si presenta problemas con sangrado (debido a un bajo número de plaquetas) o si tiene un riesgo mayor de infecciones (a causa de un bajo número de glóbulos blancos). Si usted está recibiendo quimioterapia, esta prueba se repetirá regularmente debido a que los medicamentos de quimioterapia pueden afectan las células productoras de sangre de la médula ósea.

Los análisis de química sanguínea pueden ayudar a detectar anomalías en algunos de sus órgano s, tal como el hígado o los riñones. Por ejemplo, si el cáncer se propagó al hígado y a los huesos puede causar nivel anormal de ciertos químicos en la sangre, tal como un nivel de lactato deshidrogenasa más elevado de lo normal.

Pruebas de la función pulmonar

Las pruebas de la función pulmonar a menudo se hacen después de diagnosticar el cáncer de pulmón para saber cuán bien sus pulmones están funcionando (por ejemplo, cuánta enfisema o enfermedad pulmonar obstructiva crónica está presente). Esto es especialmente importante si la cirugía pudiera ser una opción en el tratamiento del cáncer. La cirugía para extraer el cáncer de pulmón pudiera conllevar remover parte o todo un pulmón. Por lo tanto, resulta importante saber con anticipación cuán bien están funcionando los pulmones. Algunas personas con pobre función pulmonar (como aquellas con daño pulmonar debido al hábito de fumar) no tienen suficiente reserva pulmonar como para tolerar la remoción de ni siquiera parte de un pulmón. Estas pruebas le pueden proporcionar al cirujano una idea sobre si la cirugía puede ser una buena opción, y de ser así, cuánto del pulmón puede ser extirpado con seguridad.

Existen algunos tipos diferentes de pruebas de la función pulmonar, aunque todas conllevan básicamente que usted inhale y exhale a través de un tubo que está conectado a una máquina que mide el flujo de aire. A veces esto es combinado con una prueba llamada gasometría arterial. En esta prueba, se remueve la sangre de una arteria (la mayoría de las pruebas de sangre usan sangre extraída de una vena) para medir la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono que contienen.

 


Fuente: Sociedad Americana del Cáncer http://www.cancer.org/espanol/cancer/cancerdepulmonnomicrociticocelulasno/guiadetallada/cancer-de-pulmon-no-microcitico-celulas-no-pequenas-early-diagnosis


Creado: 2019-02-05 09:22:34
Última vez actualizado: 2023-12-06 13:14:31